31.8.09

Cuentos II: el Verdadero Valor del Anillo (Jorge Bucay)


Un joven concurrió a un sabio en busca de ayuda.

- Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar maestro?. ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro, sin mirarlo, le dijo:

- ¡Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mis propios problemas. Quizás después... Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

- E... encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas-.

- Bien -asintió el maestro-. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho agregó: Toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo para pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.

En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, así que rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.

¡Cuánto hubiese deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro! Podría habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y su ayuda.

- Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir 2 ó 3 monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

- ¡Qué importante lo que dijiste, joven amigo! -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo?. Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:

- Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.

- ¿¿¿¿58 monedas???? -exclamó el joven-.

- Sí, -replicó el joyero-. Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... Si la venta es urgente...

El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.

- Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya única y valiosa. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.

15.8.09

Cerrado por derribo. Introduccion y Canción

Me encanta el estilo de sabina y sobre todo la lirica.
Aqui comparto con vosotros esta cancion y su tablatura


Este adiós, no maquilla un "hasta luego"
este nunca, no esconde un "ojalá",
estas cenizas, no juegan con fuego,
este ciego, no mira para atrás.

Este notario firma lo que escribo,
esta letra no la protestaré,
ahórrate el acuse de recibo
estas vísperas, son las de después.

A este ruido, tan huérfano de padre
no voy a permitirle
que taladre un corazón,
podrido de latir
este pez ya no muere por tu boca
este loco se va con otra loca
estos ojos no lloran más por ti.

Esta sala de espera sin esperanza,
estas pilas de un timbre que se secó,
este helado de fresa de la venganza,
esta empresa de mudanzas,
con los muebles del amor.

Esta campana muda en el campanario,
esta mitad partida por la mitad,
estos besos de Judas,
este calvario, este look de presidiario,
esta cura de humildad.
Este cambio de acera de tus caderas,
estas ganas de nada, menos de ti,
este arrabal sin grillos en primavera,
ni espaldas con cremallera,
ni anillos de presumir.

Esta casita de muñecas de alcana,
este racimo de pétalos de sal,
este huracán sin ojo que lo gobierne,
este jueves, este viernes, y el miércoles
que vendrá.

No abuses de mi inspiración,
no acuses a mi corazón
tan maltrecho y ajado que está
cerrado por derribo.
Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber que estos son
los últimos versos que te escribo,
para decir "condios"
a los dos nos sobran los motivos.

Este museo de arcángeles disecados,
este perro andaluz sin domesticar,
este trono de príncipe destronado,
esta espina de pescado,
esta ruina de Don Juan.

Esta lágrima de hombre de las cavernas,
esta horma del zapato de barbazul,
que poco rato dura la vida eterna,
por el túnel de tus piernas,
entre Córdoba y Maipú.
Esta guitarra cínica y dolorida,
con su terco knock knockin' on heaven's door,
estos labios que saben a despedida,
a vinagre en las heridas
a pañuelo de estación.

Este Land Rover aparcado en tu puerta,
la rueca de Penélope en el Luna Park,
estos dedos que sueñan que te desnudan,
esta caracola viuda sin la pianola del mar.





Gm D# ó D# D Bb F Cm
E||--3----6----3----2----1----1----3----||
B||--3----8----4----3----3----1----4----||
G||--3----8----3----2----3----2----5----||
D||--5----8----1----0----3----3----5----||
A||--5----6--------------1----3----3----||
E||--3------------------------1---------||

Gm D# D
Este bálsamo no cura cicatrices,
Gm D# D
esta rumbita no sabe enamorar,
Bb F
este rosario de cuentas infelices
D# D
calla más de lo que dice pero dice la verdad.

Gm D# D
Este almacén de sábanas que no arden,
Gm D# D
este teléfono sin contestador,
Bb F
la llamaré mañana, hoy se me hizo tarde,
D# D
esta forma tan cobarde de no decirnos que no.

Gm D# D
Este contigo, este sin ti tan amargo,
Gm D# D
este reloj de arena del arenal,
Bb F
esta huelga de besos, este letargo,
D# D
estos pantalones largos para el viejo Peter Pan.

Gm D# D
Esta cómoda sin braguitas de Zara,
Gm D# D
el tour del Soho desde un rojo autobús,
Bb F
estos ojos que no miden ni comparan
D# D
ni se olvidan de tu cara ni se acuerdan de tu cruz.

Bb
No abuses de mi inspiración,
F
no acuses a mi corazón
D#
tan maltrecho y ajado que está
D
cerrado por derribo.
Bb
Por las arrugas de mi voz
F
se filtra la desolación
D#
de saber que estos son los últimos
D
versos que te escribo,
Cm
para decir "condios" a los dos nos
D
sobran los motivos.

Gm D# D
Esta paya tan lejos de su gitano,
Gm D# D
este penal del Puerto sin vis a vis,
Bb F
esta guerra civil, este mano a mano,
D# D
estos moros y cristianos, este muro de Berlín.

Gm D# D
Este virus que no muere ni nos mata,
Gm D# D
esta amnesia en el cielo del paladar,
Bb F
la limusina del polvo por Manhattan,
D# D
el invierno en Mar del Plata, los versos del Capitán.

Gm D# D
Este hacerse mayor sin delicadeza,
Gm D# D
esta espalda mojada de moscatel,
Bb F
este valle de fábricas de tristeza,
D# D
esta espuma de certeza, esta colmena sin miel.

Gm D# D
Este borrón de sangre y de tinta china,
Gm D# D
este baño sin rimmel ni nembutal,
Bb F
estos huesos que vuelven de la oficina,
D# D
dentro de una gabardina con manchas de soledad.

Bb
No abuses de mi inspiración,
F
no acuses a mi corazón
D#
tan maltrecho y ajado que está
D
cerrado por derribo.

Bb
Por las arrugas de mi voz
F
se filtra la desolación
D#
de saber que estos son los últimos
D
versos que te escribo,
Cm
para decir "condios" a los dos nos
D
sobran los motivos.